 La envidia es uno de los sentimientos más desagradables de la raza humana, donde se puede observar claramente el sentido de la percepción de escasez de una persona. Sentirse desprovida de lo que los demás poseen, no creerse con posibilidades de obtenerlo y al mismo tiempo que lo desea de forma desmensurada. Es la sensación de que el otro cobra ventajas competitivas al poseer algo que ella no. Comparándose continuamente con los demás, la persona envidiosa vive una eterna insatizfacción y desvalia. Se siente incompleta y perjudicada por la vida. Necesita que la alaguen y está pendiente de que la quieran, aunque casi siempre hace muy poco para merecerlo y utiliza de la dramatización para lograr sus objetivos. Una criatura caprichosa y rencorosa, con verguenza de si misma. Se distancia de la visión de quien es, de tanto fijarse en los demás. Su desafío es reconocer la originalidad y valor instrinseco de su persona y de cada ser del universo. La envidia nos dificulta tornarnos productivos desde nuestra propia naturaleza, es decir, desde los propios recursos, ofuscándonos la visión de la justicia mayor, que nos hubica en igualdad frente a nuestro desafío perosnal, dándonos todo lo necesario para lograr nuestra real misión. Para lograr su libertad, el envidioso, deverá encontrar su propio valor, ordenarse con relación a él, y así hacer lo que debe hacer y concentrarse en hacerlo lo mejor posible. La envídia no perdona, destruyendo todo que la cerca... no come ni deja comer. Personas envidiosas prejudican a muchos y principalmente a si misma. La Memoria Celular y la Neuroalquimia disponen de técnicas rastreadoras de los puntos ciegos del aprendizaje del consultante, ayudándolo a conocerse y a comandar su propia libertad. André Luiz Oreglia |
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